Mañana viernes 25 de marzo, en la Solemnidad de la Anunciación del Señor, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, y desde nuestra Parroquia nos unimos con una serie de actos que a continuación os detallamos:
- 17:45 Exposición del Santísimo y Rezo del Santo Rosario
- 18:30 Consagración a la Santísima Virgen (la seguiremos en directo con Radio María)
- 19:00 Misa de la Solemnidad de La Anunciación del Señor ofrecida por esta intención
El Papa Francisco ha escrito una carta a todos los obispos del mundo en la que invita a sumarse, cada uno en su diócesis, al acto de consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen de Fátima de este viernes 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, por el fin de la guerra.
Durante la Celebración de la Penitencia que presidirá a las 17 horas en la Basílica de San Pedro -comunica el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni-, el Papa Francisco consagrará a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María. El mismo acto, el mismo día, y a la misma hora será realizado en Fátima por el cardenal Krajewski, limosnero pontificio, como enviado del Papa y por todos los obispos del mundo que se unan.
«Lo invito a unirse a dicho acto, convocando a los sacerdotes, religiosos y demás fieles a la oración comunitaria en los lugares sagrados, para que el pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante», explica el Pontífice, que también les ha enviado el texto de la oración de consagración.
En la misiva, Francisco reconoce que la guerra «está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando la paz mundial». «La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto. Agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, el ayuno y la caridad», ha agregado.
UN POCO DE HISTORIA….
En la aparición del 13 de julio de 1917 en Fátima, Nuestra Señora pidió la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, afirmando que, si no se concedía esta petición, Rusia extendería «sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia». «Los buenos -añadió- serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán destruidas». Después de las apariciones de Fátima hubo varios actos de consagración al Corazón Inmaculado de María: Pío XII, el 31 de octubre de 1942, consagró el mundo entero y el 7 de julio de 1952 consagró los pueblos de Rusia al Corazón Inmaculado de María en la Carta Apostólica Sacro vergente anno:
«Así como hace unos años consagramos el mundo entero al Corazón Inmaculado de la Virgen Madre de Dios, ahora, de manera muy especial, consagramos todos los pueblos de Rusia al mismo Corazón Inmaculado».
El 21 de noviembre de 1964, Pablo VI renovó la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II. El Papa Juan Pablo II compuso una oración para lo que llamó un «Acto de Encomienda» que se celebraría en la Basílica de Santa María la Mayor el 7 de junio de 1981, solemnidad de Pentecostés. Este es eltexto:
Madre de los hombres y de los pueblos, Tú conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, Tú sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas que sacuden al mundo, acoge nuestro grito dirigido en el Espíritu Santo directamente a tu Corazón y abraza con el amor de la Madre y de la Esclava del Señor a los que más esperan este abrazo, y, al mismo tiempo, a aquellos cuya entrega Tú esperas de modo especial. Toma bajo tu protección materna a toda la familia humana a la que, con todo afecto a ti, Madre, confiamos. Que se acerque para todos el tiempo de la paz y de la libertad, el tiempo de la verdad, de la justicia y de la esperanza.
Luego, para responder más plenamente a las peticiones de la Virgen, quiso explicitar durante el Año Santo de la Redención el acto de entrega del 7 de junio de 1981, repetido en Fátima el 13 de mayo de 1982. En memoria del Fiat pronunciado por María en el momento de la Anunciación, el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, en unión espiritual con todos los Obispos del mundo, previamente «convocados», Juan Pablo II confía todos los pueblos al Corazón Inmaculado de María:
Y por eso, oh Madre de los hombres y de los pueblos, Tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas, Tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, que sacuden hoy al mundo, acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo, dirigimos directamente a Tu Corazón: abraza con el amor de la Madre y Sierva del Señor, este nuestro mundo humano, que te confiamos y consagramos, llenos de inquietud por el destino terrenal y eterno de los hombres y de los pueblos. De manera especial, te encomendamos y consagramos a aquellos hombres y naciones que tienen especial necesidad de esta encomienda y consagración.
En junio de 2000, la Santa Sede reveló la tercera parte del secreto de Fátima, y el entonces arzobispo Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que Sor Lucía, en una carta de 1989, había confirmado personalmente que ese acto solemne y universal de consagración correspondía a lo que quería la Virgen: «Sí, se hizo -dijo la vidente- tal como Nuestra Señora había pedido, el 25 de marzo de 1984».