¡Así de rápido, y a la vez de lento, pasa el tiempo!
Ya cumplimos un año desde que, el pasado 11 de mayo del 2020, se reabrieron los cultos en nuestras iglesias de Sevilla después del duro confinamiento.
En esos momentos las nuevas necesidades de salud pública pedían un esfuerzo extra en el cuidado de nuestra Iglesia y desde el primer día se contó, de forma ininterrumpida, con la generosidad y buen hacer de un grupo de feligreses dispuestos a lo que fuera necesario con tal de hacer nuestra parroquia un lugar seguro al que todos pudiéramos acudir a expresar y alimentar en comunidad nuestra fe.
Nuestros voluntarios, que así los hemos llamado cariñosamente, se las han ido ingeniando para adaptarse a las diversas medias cambiantes; han movido bancos, colado cordones, mesas, dispensadores, carteles, repartido gel, puesto y quitado sillas en el jardín, limpiado bancos, recogido la colecta, arreglárselas para que se escuchara fuera y un largo etcétera, y siempre con una enorme disponibilidad y una sonrisa. Se ha creado así, un nuevo grupo en nuestra parroquia con todo el que acudió a la invitación de echar una mano en esta nueva situación.
Por ello el martes día 11 a las 19:00 horas se tuvo en la parroquia una misa de agradecimiento celebrada por D. Antonio y D. Ángel en la que se valoró su labor y sobre todo se pido por ellos y sus familias. Después pudimos compartir un rato de convivencia muy agradable en los salones.